A lo largo de sus numerosas temporadas, la serie policial Chicago PD ha demostrado que su motor central es la presencia imponente e ineludible del sargento Henry “Hank” Voight (Jason Beghe). Este personaje, con sus métodos poco ortodoxos y su reputación al borde de la corrupción, se ha ganado la lealtad de su equipo y el respeto, a menudo renuente, de la audiencia. Sin Voight, la Unidad de Inteligencia, y la serie misma, simplemente no existirían.

No obstante, en el complejo universo dramático de la serie de NBC, un personaje ha logrado alcanzar y, para muchos seguidores, superar en popularidad al sargento: Jay Halstead (Jesse Lee Soffer). Halstead representaba la brújula moral de la unidad, un contrapunto directo a la oscuridad de Voight. Su popularidad creció gracias a su integridad, su habilidad de acción y, sobre todo, por sus intensas relaciones personales dentro y fuera del trabajo.

La química de Halstead, en particular, con la detective Hailey Upton (Tracy Spiridakos), conocida por los fans como ‘Upstead’, capturó el corazón de la audiencia. Esta relación romántica y profesional ofreció una dinámica emocional que trascendía la acción policial de cada semana. Su salida de la serie dejó un vacío narrativo y emocional que, para muchos, es irremplazable.

La serie de Dick Wolf se caracteriza por mostrar no solo la labor policial, sino también la construcción personal y las relaciones de los agentes. Jay tuvo la habilidad de vincularse emocionalmente con varios personajes clave en la historia, ofreciendo una vulnerabilidad y un desarrollo que contrastaban con la firmeza pétrea de Voight. Su figura representaba una esperanza de justicia dentro de los límites de la ley.

A pesar de que el sargento Voight es considerado “el mejor de los jefes de series de policías” por una parte del fandom debido a su dureza y compromiso con las víctimas, la conexión emocional y la evolución de Halstead lograron cautivar a la audiencia. Su partida dejó en claro que la serie no se sustenta solo en la fuerza de su líder, sino también en el carisma de sus detectives.

Aunque Voight es el alma de Chicago PD, el personaje de Jay Halstead demostró que la humanidad, la habilidad para las relaciones y la brújula moral clara pueden ser tan o más atractivas para el espectador que el drama implacable. El legado de Halstead como el detective más querido se mantiene vivo entre los fans a pesar de su ausencia.